El Rey Og y los refaím, los "hombres"
de tamaño extraordinario.
Los
refaím eran otra raza pariente de los Anaquim.
Probablemente
se les llamó refaím por ser descendientes de un gigante llamado Rafah.
La
expresión ha•Ra•fáh (literalmente, “los Rafah”) de 2ª Samuel 21:16 al parecer se
representa con el nombre del padre a toda la raza de gigantes.
Los
moabitas que los desposeyeron los llamaron emim (criaturas espantosas). Más de
cuatrocientos años después, cuando Israel acababa de entrar en Canaán, “la
tierra de los refaím” todavía se identificaba con las tierras altas de Basán
(las cuales incluían la cadena montañosa del Hermón). Allí los israelitas
derrotaron a Og, el rey de Basán (Dt 3:3, 11, 13; Jos 12:4; 13:12), el último que
“quedaba del remanente de los refaím”.
No
se sabe a ciencia cierta si estas palabras significan que era el último rey de
los refaím o que era el último de los refaím de aquella región, pues poco
después aparecen los refaím al O. del Jordán.
Og,
rey de Basán, uno de los refaím, al ser enterrado tuvo un féretro de 9 codos (4
metros.) de longitud y 4 codos (1,80 m.) de anchura (Dt3:11). Su inmenso
féretro de hierro (posiblemente un sarcófago de basalto negro) me recuerda
a los sarcófagos gigantes de 4 metros del Serapeum en Egipto.
Los
dominios del Rey Og se extendían desde el monte Hermón hasta el Jaboq, el
territorio al E. del Jordán que comprendía 60 ciudades fortificadas y
muchísimos pueblos rurales. (Dt 3:3-5, 8-10; Jos 12:4, 5; compárese con Nú
21:23, 24.) Sus dos ciudades principales eran Edrei y Astarot. (Dt 1:4; Jos
13:12.)
Israel
derrotó a Og hacia el final de los cuarenta años en que estuvo vagando por el
desierto, justo antes de acampar en las llanuras de Moab. Después de derrotar a
Sehón, Israel se enfrentó con las fuerzas de Og en Edrei, y tras la gran
victoria que Dios les concedió, mató a Og y a todo su ejército, y tomó posesión
de sus ciudades y pueblos. (Nú 21:33–22:1; Dt3:1-13.) Goliat de Gat, a quien
David mató, también era de la raza de los Refaím, y éste gigante tenía una
altura de 6 codos y un palmo (2,90 metros.). Goliat fié contratado como
mercenario por sus socios y parientes filisteos (los cuales eran más pequeños, pero más inteligentes).
Además
de Goliat, otros hombres de los refaím también eran extraordinariamente
grandes, como Isbí-benob, cuya lanza pesaba 300 siclos de cobre (3,4 Kg.) (2Sa
21:16); Saf o Sipai (2Sa 21:18; 1Cr20:4); Lahmí, el hermano de Goliat, “el asta
de cuya lanza era como el enjulio de los obreros del telar” (1Cr 20:5).
En
la Tierra Prometida los israelitas tuvieron problemas con los refaím, pues
algunos seguían morando en los bosques de la región montañosa de Efraín. Habían
huido a las montañas y bosques, después de ser aniquilados sus reinos. Pero aún
bajaban de las alturas y asustaban a algunos campesinos. Los hijos de José
tenían miedo de echarlos. (Jos17:14-18.)
Mientras
luchaban contra los filisteos, David y sus siervos derribaron a cuatro hombres
que les habían “nacido a los refaím en Gat”; uno de ellos era “un hombre de
tamaño extraordinario, cuyos dedos de las manos y de los pies estaban en cantidades de seis: 6por
cuatro, veinticuatro”. La descripción de las armaduras indica que eran hombres
de gran estatura. Uno de estos era “Lahmí el hermano de Goliat el guitita”.
(1Cr 20:4-8.) Este Goliat, aquel a quien David mató, medía seis codos y un
palmo (2,9 m.) de altura. (1Sa17:4-7.) El relato de 2 Samuel 21:16-22 lee “Goliat”
en lugar de “el hermano de Goliat”, como dice 1 Crónicas 20:5, lo que quizás indique
que había dos personas llamadas Goliat.
Finalmente,
estas razas de gigantes guerreros fueron exterminadas por los israelitas. Había
órdenes superiores (jerarquías elevadas de ángeles) que ninguna raza anormal e
ilegal (de cruza no humana) tenía que estar presente para complicar el
ministerio de Jesús. Además no correspondía su existencia en Medio Oriente, ya
que Miguel (Cristo) orientó su ministerio solo a las razas humanas originarias
de la Tierra y no a las aberraciones de los ángeles rebeldes y sus vástagos.
Todas éstas razas (incluyendo a los Emim y los Anaquim) estaban ya exterminadas
de Oriente Medio al tiempo de la visita de Jesús a la Tierra.
FINAL DE LA 7 ª PARTE
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