"Y allí
vimos a los Nefilim"
.
Cuando
los 12 espías regresaron de peinar la tierra de Canaán dieron un informe
impactante a los israelitas. Pero dicho informe no fue lo que los condenó, sino
más bien la reacción de falta de fe y temor ante dicha situación. De hecho,
éste informe está ligado a la observación de una tierra abundante y productiva,
lo cual efectivamente era real:
“Y pasaron a informarle y decir: “Entramos en la
tierra a la cual nos enviaste, y verdaderamente mana leche y miel, y este es su
fruto. Sin embargo, la realidad es que la gente que mora en la tierra es
fuerte, y las ciudades fortificadas son muy grandes; y, también, a los nacidos
de Anaq vimos allí. .y toda la gente que vimos en medio de ella son hombres de
tamaño extraordinario. Y allí vimos a los Nefilim, los hijos de Anaq, que son de los
Nefilim;
de modo que llegamos a ser a nuestros propios ojos como saltamontes, y así
mismo llegamos a ser a los ojos de ellos”. (léalo en su Biblia) – Números,13:27,28,32,33.
Cómo
notamos, e incluso se observa más adelante, nunca se puso en tela de juicio la
veracidad de éste informe, sino más bien, la falta de fe para derrotar al
enemigo. Nunca se contradijo la información de que en las altas tierras de
palestina, se habían observado a los descendientes de los Nefilim.
Los Anaquim
Los
hijos de Anaq * o Anaquim eran una raza de tamaño extraordinario que habitaba
en las regiones montañosas de Canaán. Ahimán, Sesai y Talmai, tres hombres
prominentes de los anaquim, residían en Hebrón (Nú,13:22), donde los doce espías hebreos vieron por primera vez a esta
raza. Hebrón era una zona montañosa de la tierra de Canaán. Esto confirma que éstos
descendientes de los Nefilim antediluvianos preferían las altas tierras. Su gran
estatura y su gran fuerza dio lugar al dicho proverbial: “¿Quién puede mantenerse
firme delante de los hijos de Anaq?”. (Dt 2:10, 11, 20, 21; 9:1-3.)
* Nota:
Anaq tal vez era un gigante antediluviano sobreviviente que dio origen a ésta
raza.
Los israelitas de la generación de los 12 espías no se enfrentaron a los
anaquim. Tras40 años de viaje en círculos por el desierto, una nueva
generación, más valiente y alimentada con maná pudo hacerles frente. Durante su
rápido avance por la tierra de Canaán, Josué consiguió vencer a los Anaquim en
las regiones montañosas, y destruyó sus ciudades, aunque algunos permanecieron
en las ciudades filisteas de Gaza, Asdod y Gat. Esto confirma que los anaquim estaban
emparentados con los filisteos, y que eran pueblos aliados. (Jos11:21, 22.).
Recordemos que los filisteos tenían una carga genética más humana, mientras que
sus parientes Anaquim tenían un componente biológico más directo con los
antiguos Nefilim. Más tarde, Caleb solicitó la ciudad de Hebrón (o
Quiryat-arbá) y su territorio, porque Dios se lo había prometido. (Jos
14:12-15; Nú14:24.) Según parece, los anaquim se habían vuelto a establecer en
esta zona, posiblemente mientras Josué y su ejército seguían con la conquista de
la parte septentrional de Canaán, así que Caleb se vio obligado a reconquistar el
territorio. (Jue 1:10, 20.) Cómo vemos, éstos gigantes se habían refugiado en
lo más alto de las montañas (tras perder sus ciudades que también estaban en lo
alto), y de vez en cuando bajaban en hordas para saquear ganado y comerse los
frutos de los agricultores israelitas que los habían expulsado. Esto dio origen
a muchas leyendas posteriores, las cuales incluso penetraron en la época del
Medioevo.
Finalmente,
los israelitas lograron exterminar a la raza anaquim, y no existían éstos
gigantes (por lo menos en Oriente Medio) para el tiempo de la visita de Jesús a
la Tierra.
Es
interesante que en los “textos de execración” egipcios (piezas de alfarería
sobre las que se escribían los nombres de los enemigos de Faraón y que después
se rompían en señal de maldición) figura el nombre de Iy- Hanaq, lo que parece
ser una referencia a una tribu palestina de los anaquim.
Cómo
se podrá recordar, los egipcios recobraron parte de la cultura antediluviana y
fundaron su civilización sobre las ruinas enterradas en pantanos de las
pirámides. Sin embargo, en su desarrollo posterior crearon toda una teología
que si bien tenía algunos elementos de los dioses antediluvianos y sus hijos
(de forma distorsionada), prefería centrarse en los sacerdotes y faraones como
centros del nuevo poder humano.
Por
eso tenían ciertas aprensiones con los rumores sobre una degenerada y retrasada
raza de gigantes de Palestina que podía ser la heredera de los Nefilim. Los
nuevos reyes egipcios (humanos) tenían miedo que dichos gigantes recobrasen el
territorio de Egipto que una vez fue una capital antediluviana y una necrópolis
de los antiguos gigantes guerreros antediluvianos, los cuales estaban
enterrados en el Serapeum egipcio, e incluso Adán y Eva en la Esfinge. Por eso
las nuevas generaciones de faraones se dedicaron a esculpir grandes imágenes
gigantes de ellos, para de esa forma marcar territorio y demostrar que ellos
(faraones) ahora eran los dueños de ésas tierras. Es así, como los faraones de
tiempos posteriores se dedicaron de forma frenética a construir estatuas
gigantes para atemorizar a cualesquier gigante que llegase del norte.
Sin
embargo, los anaquim y las otras razas gigantes, no tenían intención alguna de
bajar de sus refugios en las altas tierras de Palestina. Con el tiempo, todos
fueron exterminados de Medio oriente a manos de los hijos de Israel.
FINAL
DE LA 6ª PARTE
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