Los semidioses de las montañas
Cómo hemos analizado, los textos sumerios nos dicen que, después
del Diluvio, los Nefilim sostuvieron prolongadas reuniones para sopesar el
futuro de los dioses (semidioses) y del Hombre en la Tierra. Como resultado de
estas reuniones, «crearon cuatro regiones». En tres de ellas -Mesopotamia, el
valle del Nilo y el valle del Indo- se instaló el Hombre.
http://www.bibliotecapleyades.net/sitchin/planeta12/12planet_15.ht
m
La cuarta región era «sagrada» -un término cuyo significado
literal original era «dedicado, restringido». Dedicado sólo a los semidioses,
era una «tierra pura», una zona a la que sólo se podía acceder con autorización;
entrar en ella sin permiso podía llevar rápidamente a la muerte, propiciada por
fieros guardianes gigantes con «armas terroríficas». A esta tierra o región se
le llamó TIL.MUN (literalmente, «el lugar de los misiles»). Era la zona
restringida donde los Nefilim habían bajado con sus aparatos dañados después de
que la de Sippar hubiera sido arrasada por el
Diluvio. La zona se puso bajo el mando de Utu/Shamash, el dios
Nefilim encargado de los cohetes ígneos,
(http://www.bibliotecapleyades.net/sitchin/planeta12/12planet_05.ht
m)
Los héroes de la antigüedad, como Gilgamesh, se esforzaron
por encontrar este País de Vida, para ser llevados en un shem o
un
Águila hasta la Morada Celeste de los Dioses.
(TILMUN, PENÍNSULA DEL SINAÍ....
Los expertos han reconocido que hubo un cambio
abrupto en la cultura humana hacia el (…) momento del Diluvio según nuestros
descubrimientos, y han dado en llamar a esa era de domesticación Mesolítico
(Edad de Piedra Media). Hacia el7400 a.e.c. -exactamente 3.600 años después- se
ha reconocido otro avance repentino.
Los expertos le han llamado Neolítico
(Nueva
Edad de Piedra), pero el rasgo principal fue el del cambio de la piedra por la
arcilla, además de la aparición de la alfarería. Y después, «de repente e
inexplicablemente», pero exactamente3.600 años más tarde, tuvo lugar el
florecimiento (hacia el 3800 a.e.c.) de la alta civilización de Sumer, en la
llanura entre los ríos Tigris y Éufrates. A ésta, le siguió, hacia el 3100 a.e.c,
la civilización del río Nilo; y hacia el 2800 a.e.c, hizo su aparición la
tercera civilización de la antigüedad, la del río Indo. Estas fueron las tres regiones que se le asignaron a la humanidad;
en ellas
evolucionaron las naciones de Oriente Próximo, África e Indo-Europa, una
división que se reflejó fielmente en la Tabla de las Naciones del Antiguo
Testamento. Éste fue, según las crónicas sumerias, el resultado de unas decisiones
deliberadas de los anunnaki: Los anunnaki que decretan los destinos, se
sentaron a intercambiar impresiones en cuanto a la Tierra. Las cuatro regiones
crearon. Con estas sencillas palabras, reflejadas en varios textos sumerios, se
decidió el destino de la Tierra y de sus habitantes después del Diluvio. A las tres
civilizaciones de la humanidad se les asignaron tres regiones, reteniendo una
cuarta los anunnaki para su propio uso. A ésta, se le dio el nombre de TIL.MUN,
«Tierra de los Proyectiles». En Escalera al Cielo ofrecimos las evidencias que
nos permitían identificar a Tilmun con la península del Sinaí. En lo referente
a la habitación humana, fueron los descendientes de Sem -los «Moradores de las Arenas»
de las escrituras egipcias-los que podían residir en las zonas no prohibidas de
la península; pero, cuando llegó el momento de asignar el territorio a los
anunnaki, surgieron profundas diferencias. Controlar el lugar del espacio
puerto postdiluviano era lo mismo que controlar las comunicaciones entre la
Tierra y Nibiru, como habían demostrado claramente las experiencias con Kumarbi
y Zu. De manera que, ante la reavivada rivalidad entre los clanes de Enlil y
Enki, se buscó una autoridad neutral para la Tierra de los Proyectiles. La
solución fue ingeniosa. Del mismo linaje que ellos era su hermana Sud. Como
hija de Anu, tenía el título de NIN.MAH («Gran Dama»). Ella era una del grupo
original de los Grandes Anunnaki que fueron los pioneros en la Tierra, uno de
los miembros del Panteón de Doce. Dio un hijo a Enlil, una hija a Enki, y la llamaban
cariñosamente Mammi («Madre de los Dioses»). También ayudó a crear al Hombre. Con
sus conocimientos médicos había salvado muchas vidas, y también se la conocía
como NIN.TI («Dama de la Vida»), "pero nunca había tenido sus propios dominios,
de manera que darle filman como dominio fue una idea a la que nadie se opuso.
La península del Sinaí es un lugar estéril, con altas montañas graníticas en el
sur, una meseta montañosa en el centro y una llanura de duro suelo en el tercio
norte, rodeada por bajas cadenas montañosas y colmas. Después, hay una franja
de dunas de arena que se deslizan hasta la costa del Mediterráneo.
Pero donde se puede retener el agua, como en
los diversos oasis o lechos de río que se llenan durante las breves lluvias del
invierno, manteniendo la humedad por debajo de la superficie, crece una lujuriosa
vegetación de palmeras datileras y frutales, donde pastan los rebaños de ovejas
y cabras. Esta región debió de estar tan prohibida hace milenios como lo está
ahora. Pero, aunque se le hizo una morada en uno de los lugares reconstruidos
de Mesopotamia, Sud decidió tomar posesión personalmente de aquella región montañosa.
Aun con todos sus atributos de estatus y de conocimientos,
ella siempre jugó un papel secundario. Cuando llegó a la Tierra, era joven y hermosa;
ahora era vieja y la apodaban «La Vaca» a sus espaldas. De modo que, ya que le
habían dado su propio dominio, decidió irse allí. Con orgullo, declaró: « ¡Ahora
soy Señora! ¡Permaneceré allí sola, reinando para siempre!».
Además, existieron otras grandes regiones de la tierra, principalmente
en zonas altas, dónde los sobrevivientes gigantes se establecieron en dichas
montañas elevadas. Los gigantes, repartidos por el mundo, ya sea en las
montañas de Creta, Italia, la India, Asía, América, y Medio Oriente, dieron
origen a las historias de los semidioses o dioses que habitaban en ciudades
escondidas en las montañas, o reinos subterráneos en el interior de grandes cordilleras.
Esto da origen al Monte Olimpo como morada de los dioses griegos, el Monte Fuji
en Japón, Agharta, la Ciudad de los Césares, el Dorado, y otros sitios sagrados
en las altas cumbres.
América también está llena de éstos lugares altos. Solo un grupo
selecto de iniciados humanos podían ser llevados a ésas cimas, para ser enseñados
en el arte de gobernar a las masas humanas, y así transmitir información de los
dioses gigantes antediluvianos.
Es así como
Nemrod, y los sacerdotes de distintas latitudes del mundo son educados
por éstos gigantes.
Desde los pueblos americanos hasta los pueblos asiáticos, estas gentes
son instruidas para dar inicio a las grandes potencias posteriores al Diluvio.
Ahora los gigantes no querían regresar a vivir directamente con los humanos.
Tenían la experiencia aterradora del Diluvio reciente y desearon influir de forma
retirada y ermitaña desde las altas montañas y de esa forma, evitar ser
alcanzados por un nuevo Diluvio. Además, sus artefactos ya estaban dañados para
volver a escapar. Los Nefilim llegaron a la conclusión de que necesitaban un
intermediario entre ellos y las masas de seres humanos. Ellos eran, así lo
decidieron, los dioses - elu en acadio, que significa «los nobles», «los
elevados». Así pues, como puente entre ellos, los señores, y la Humanidad,
introdujeron la «Realeza», el «Reino» en la Tierra, nombrando un soberano humano
que asegurara el servicio de la Humanidad a los dioses y canalizara las
enseñanzas y las leyes desde los dioses hasta el pueblo. Y Nemrod es uno de
éstos primeros humanos escogidos como gobernantes, y los sacerdotes a su lado
serían la nueva casta de intermediarios entre ellos y el pueblo.
Tanto los textos sumerios como los acadios dicen que los Nefilim
o anunnaki(llamados por los sumerios) retuvieron el «señorío» sobre las
tierras, e hicieron que la Humanidad reconstruyera primero las ciudades antediluvianas
exactamente donde habían estado originalmente, y tal como habían sido planificadas:
«Que los ladrillos de todas las ciudades se pongan en los lugares que les
corresponden, que todos [los ladrillos] descansen en lugares sagrados». Eridú,
por tanto, fue la primera en ser reconstruida.
Pero Babel, y todos los demás pueblos, incluso los mayas y
egipcios, solo fueron pálidos reflejos del mundo antediluviano. No lograron
jamás su esplendor antiguo, y aún así éstas nuevas civilizaciones con un origen
común, nos asombran por su adelanto.
Los Nefilim al ser una raza mitad angelical y mitad humana, sin
duda vivieron siglos tras el diluvio. Los últimos gigantes ermitaños sobrevivientes
entregaron información a los iniciados humanos, y además procrearon algunos
vástagos, dando origen a algunas tribus de gigantes. Estas razas, mitad
humanas, mitad Nefilim, tenían una capacidad intelectual inferior a la humana
normal, y no pudieron lograr establecerse como dominadores de las nuevas razas
humanas. Desearon permanecer confinadas cerca de las alturas, y fundaron
algunos reinos. Tenían gran fuerza bruta y manipulaban armamento de batalla,
pero carecían de la inteligencia de sus ancestros.
Esto hizo que los gigantes originales sobrevivientes prefirieran
darle información cultural a escogidos humanos, más bien que a sus nietos
gigantes más degenerados y retrasados. En la próxima entrada analizaremos el
destino de éstos vástagos de los Nefilim.
FINAL
DE LA 5ª PARTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario